La deforestación, fragmentación y degradación de la Selva Paranaense se debe principalmente a la expansión de la frontera agrícola a partir de las sucesivas colonizaciones y el consecuente crecimiento poblacional.

Las mayores actividades económicas que conllevaron el cambio de uso de suelo en la Selva Paranaense han sido las plantaciones de pino y los cultivos industriales perennes de yerba mate y té. 

Por otro lado, la agricultura de subsistencia también contribuyó a la fragmentación y degradación de la selva. En épocas más recientes la ganadería se ha convertido en una actividad económica importante, con un importante impacto ambiental derivado de la conversión de bosque nativo a pastizales.